Sol Arrúa: el impacto expansivo de empoderar a mujeres jóvenes en Paraguay
Cortés, alegre e idealista: en muchos sentidos, Sol Arrúa aparece como cualquier otra chica de 21 años. Sin embargo, tan pronto traemos a la conversación los temas de política y liderazgo, los que más le apasionan, queda claro que hay mucho más detrás de esas primeras impresiones.
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“Si tratamos todas las desigualdades por igual, el problema simplemente empeorará”, dice. “Lo que tenemos que buscar es equidad. Por eso son tan importantes las medidas como la paridad democrática”, agrega, demostrando una clara comprensión de los marcos conceptuales que sostienen una sólida acción política.
Sol es exalumna de la Academia de Formación Política para Mujeres Líderes, una iniciativa de la Comisión de Equidad y Género del Senado de Paraguay. La Comisión es una de las principales contrapartes del Programa Paraguay de IDEA Internacional, en el marco del proyecto “Consolidación de Democracia Paraguaya II” (2019-2023), con financiamiento de la Unión Europea.
Como graduada de la Academia y como joven lideresa, Sol es un ejemplo interseccional del impacto del proyecto, destinado a mejorar la participación política y la representación tanto de las mujeres como de las juventudes. Ella es una estudiante de Derecho nativa de Villarrica, en el departamento de Guairá, y asegura que este origen la ha hecho más sensible a las necesidades de los sectores menos privilegiados de la población: “Cuando sos del interior estás mucho más cerca de las realidades del Paraguay profundo”, subraya.
Sol es una lideresa que, pese a su juventud, viene formándose como tal desde ya hace un tiempo. Ha participado en varios programas de capacitación, tanto a nivel local como en el extranjero, pero sostiene que fue su experiencia en la Academia de Formación Política la que le hizo darse cuenta del verdadero alcance de su potencial: “Ya había aceptado mi capacidad de liderazgo antes de participar de la Academia, pero fue allí donde ese liderazgo encontró un propósito”, dice. “Pude ver todos los obstáculos que enfrentamos las mujeres cuando aspiramos a servir desde lo público, y me dije 'esto no es normal, esto no está bien'. Sin la oportunidad que me brindó la Academia, no habría conocido esas limitaciones y esas realidades”, agrega.
A través de su participación en la Academia de Formación Política, Sol se convenció de la urgente necesidad de contar con la perspectiva y la contribución de la mujer en todos los aspectos de la sociedad. “Estoy increíblemente agradecida de haber sido una de las más de cien mujeres que participaron en la Academia”, asegura. “Habiendo tenido la oportunidad, y como lideresa comunitaria, me comprometo y trato de impulsar otros liderazgos. Les digo a las chicas más jóvenes: ‘tenés un gran potencial’, y a menudo ellas no lo ven así".
Sol muestra creencias sólidas a pesar de su corta edad. Ella cree en el impacto real y potencial de iniciativas como la Academia, que reúnen a mujeres de diversos trasfondos y les brindan un foro para conectarse, conocimiento compartido para comprender sus realidades y herramientas para promover el cambio. Ella cree en sí misma y en su potencial para tener impacto en su carrera política. Y lo más importante, ella cree en el proceso de despertar el poder, a menudo latente, de las mujeres:
“Hay muchas más mujeres líderes que sólo necesitan la misma confianza y oportunidad que la Academia me brindó para aumentar drásticamente su impacto. Necesitan a alguien que crea en su liderazgo y les brinde las herramientas y el empoderamiento que viene con ellas. Por eso es fundamental que sigamos llevando adelante este tipo de iniciativas: ellas están listas”.