República de Corea: enseñanzas de las elecciones en tiempos de pandemia

Al celebrar elecciones a la Asamblea Nacional, la República de Corea está rompiendo una tendencia mundial. Los datos recopilados por IDEA Internacional en su Panorama global del impacto del COVID-19 en las elecciones muestran que la mayoría de los países han optado por el aplazamiento de sus elecciones, preocupados de que la votación pueda exacerbar la pandemia.

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Estas elecciones fueron vigiladas de cerca —no solo por la cuestión de cómo manejó el gobierno desde muy temprano la contención de la pandemia— , desde una perspectiva más global. Se pueden extraer muchas enseñanzas de sus éxitos y fracasos en la mitigación del impacto de la pandemia en las elecciones. Lecciones que nos ayudan a responder varias preguntas: ¿Qué disposiciones se adoptaron para garantizar un entorno de votación seguro? ¿En qué medida proporcionaron al electorado suficiente tranquilidad y confianza para votar? ¿Cómo ha afectado COVID-19 la capacidad de los partidos políticos para hacer campaña y llegar a su público? ¿La interrupción creada por la pandemia ha socavado la credibilidad y legitimidad de las elecciones? ¿Hasta qué punto la decisión de la República de Corea de seguir adelante con las elecciones ha expuesto a los votantes y funcionarios de las mesas electorales a mayores riesgos para la salud?

La campaña electoral fue silenciada debido a las necesidades de distanciamiento social, y se cancelaron las manifestaciones de campaña. Pero los partidos políticos se comunicaron a través de las redes sociales y las aplicaciones telefónicas, así como a través de materiales postales tradicionales. Para garantizar la seguridad de las elecciones, la Comisión Nacional Electoral (NEC, por sus siglas en inglés) alentó la votación anticipada, extendiendo la votación por correo y reduciendo los riesgos de la votación en persona, con medidas tales como el uso de máscaras. Para garantizar que el distanciamiento social no afectara la transparencia de las elecciones al socavar la presencia de los medios de comunicación, por ejemplo, el NEC se aseguró de que muchas actividades de votación se transmitieran en vivo.

A medida que los colegios electorales cerraron, son evidentes dos éxitos preliminares para las elecciones a la Asamblea Nacional 2020. El manejo impecable de estas elecciones por parte del NEC y el nivel de participación de los votantes, a pesar de los graves riesgos de exposición al virus, mostraron que las medidas han funcionado bien en su mayoría.

Una de las principales señales del éxito fue la participación electoral de 66 %, a pesar de esta situación sin precedentes. La votación anticipada también registró una participación del 26.7 %, con aproximadamente 12 millones de votantes que optaron por emitir su voto de esta manera.

Con el cierre de las urnas, es prematuro determinar en qué medida la decisión de seguir adelante con las elecciones expuso a los votantes y funcionarios a riesgos de contagio. Lo que es seguro es que las estrictas precauciones de salud adoptadas y aplicadas rigurosamente por el NEC han tranquilizado a los votantes. La extensión de las disposiciones de votación domiciliaria a los pacientes tratados por COVID-19 también fue una disposición importante para garantizar la participación de un segmento vulnerable de la sociedad. También cabe destacar que la decisión de otorgar derechos de voto a los ciudadanos con 18 años de edad, gracias a una reciente reforma electoral, es probable que haya contribuido también a aumentar la participación.

Sin embargo, también han surgido problemas. Las campañas electorales fueron limitadas, y estas limitaciones perjudicaron a todos los partidos políticos. Otro problema fue la cancelación de las operaciones de votación desde el exterior en varios países. Esto significa que aproximadamente la mitad de los 172,000 ciudadanos en el extranjero no pudieron votar.

Aún así, parece que la legitimidad de las elecciones de la 21a Asamblea Nacional en la República de Corea ha salido indemne de estas circunstancias excepcionales.

¿Cuáles son las lecciones para otros países que enfrentan elecciones en los próximos meses? Una es que las condiciones observadas en la República de Corea son difíciles de replicar. Un requisito obvio sería que el nivel de brote de la pandemia debe ser contenido de alguna manera. A menos que la votación se lleve a cabo completamente a través de métodos de votación remota, sería inconcebible realizar una elección mientras el país está inmóvil por cuarentena. Las elecciones de 2020 se celebraron según lo programado, no solo porque su gobierno confiaba en sus capacidades para controlar el brote, sino también porque lo materializaron. La segunda condición es tener un marco electoral sólido. Todas las medidas excepcionales no podrían haberse implementado de manera tan oportuna y transparente, si no hubieran sido numerosas las disposiciones legales y procesales para facilitar la participación de los votantes que ya formaban parte del marco electoral de la República de Corea. Los procedimientos de votación anticipada y a distancia pudieron ampliarse de manera adecuada y rápida para abordar algunos de los desafíos extraordinarios que planteó la pandemia. Otra condición es tener suficientes recursos, algo que puede estar fuera del alcance de otras naciones que carecen de los medios financieros, humanos, tecnológicos, medios de comunicación y suministros necesarios. Una última condición es tener un entorno político propicio, donde los actores políticos en competencia acepten las limitaciones impuestas en sus campañas. Si bien obviamente hay mucho que aprender, la experiencia excepcional de la República de Corea en la realización de elecciones creíbles, justas y seguras bajo una pandemia puede no ser replicable en su totalidad.

Lea nuestro documento técnico sobre estas elecciones en la República de Corea:  Managing Elections under the COVID-19 Pandemic: The Republic of Korea’s Crucial Test. Disponible en inglés y bahasa indonesia.