Elecciones Generales en Paraguay 2018
El 22 de abril de 2018 Paraguay protagonizó su séptima elección general en la historia para renovar autoridades nacionales, departamentales y del MERCOSUR, en un contexto de estabilidad macroeconómica, con un crecimiento promedio del 4 por ciento, por arriba de sus países vecinos, pero con vaivenes en el ámbito político.
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En años recientes, especialmente en 2016 y 2017, se hicieron patentes los desacuerdos entre las principales fuerzas políticas en torno al tema de la reelección presidencial. En marzo de 2017, se estableció una alianza coyuntural entre la coalición de izquierdas Frente Guasu, encabezada por el ex presidente Fernando Lugo Méndez y un grupo de parlamentarios del partido en el gobierno favorables al presidente Horacio Cartes en el Congreso Nacional, quienes intentaron modificar el reglamento interno de funcionamiento del Congreso y, posteriormente, eliminar a través de una enmienda el impedimento para la reelección del titular del Poder Ejecutivo.
Estas maniobras produjeron una fuerte reacción de rechazo y la toma de las calles del centro de la ciudad por parte de manifestantes civiles que se oponían a este intento reeleccionista y que culminó con la quema del Congreso Nacional el 31 de marzo de 2017. Al mismo tiempo, una Unidad Antimotines de la Policía Nacional irrumpió en el local del principal partido de oposición, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), en una acción en la que un joven dirigente fue golpeado y posteriormente recibió un disparo mortal, hecho que aún continúa en investigación.
Estos acontecimientos fueron el preámbulo de la campaña electoral hacia las elecciones generales de 2018, de la cual emergieron como defensores de la Constitución Nacional dos líderes que posteriormente se convertirían en los candidatos a la Presidencia de los principales partidos nacionales, luego de la celebración de elecciones internas simultáneas el 17 de diciembre de 2017. Por una parte, Mario Abdo Benítez, hijo del secretario privado del ex dictador Alfredo Stroessner, quien tras dos mandatos como Senador de la Nación logró obtener la candidatura presidencial de la Asociación Nacional Republicana, mejor conocida como Partido Colorado y, por otra parte, Efraín Alegre, ex Ministro de Obras Públicas durante el gobierno de alternancia del presidente Fernando Lugo, quien obtuvo la candidatura presidencial de la Alianza Ganar, conformada por el Partido Liberal Radical Auténtico y sus aliados.
Las encuestas dieron a lo largo de toda la campaña electoral un alto margen de victoria al candidato del Partido Colorado. Sin embargo, se generaron suspicacia en el electorado, puesto que solamente los medios de comunicación pertenecientes al conglomerado propiedad del presidente Horacio Cartes obtuvieron la posibilidad de emitir nombres de candidatos en sus encuestas de boca de urna para las elecciones generales realizadas el 22 de abril de 2018. En este sentido, la jornada electoral arrancó con predicciones basadas en las encuestas de boca de urna que vaticinaban porcentajes elevados de diferencia entre ambas candidaturas. Sin embargo, la contienda finalmente terminó arrojando una magra diferencia del 3,7 por ciento a favor de Mario Abdo Benítez, según la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) por parte del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Dando un repaso a la historia, estas elecciones han sido las más reñidas desde el regreso de la democracia al Paraguay, por lo que el triunfo del Partido Colorado no fue tan contundente como se esperaba. El escaso margen de diferencia de votos para los candidatos a la presidencia tuvo como consecuencia denuncias de fraude electoral por parte de las fuerzas de la oposición.
El candidato de la Alianza Ganar, Efraín Alegre, denunció públicamente que tenía pruebas de fraude electoral pocas horas después del cierre de las mesas de votación y posterior transmisión de los resultados del TREP. El candidato opositor y sus aliados denunciaron irregularidades en la contabilidad de votos, al encontrar discrepancias entre los resultados de los certificados que poseían los apoderados de algunos partidos de la oposición y los resultados que arrojaba el TREP durante la transmisión, lo que dio pie a la movilización a un grupo de adherentes de los partidos denunciantes y convocaron a manifestaciones frente la Justicia Electoral a fin de exigir transparencia en los resultados de las elecciones.
El Tribunal Superior de Justicia Electoral rechazó las acusaciones y convocó a las distintas fuerzas políticas del país a participar activamente durante la etapa de escrutinio, cómputo definitivo y juzgamiento de actas. Al cierre de los centros locales de votación, la Justicia Electoral registraba un 50 por ciento de participación electoral de un total de 4,260,816 votantes registrados. Sin embargo, según estimaciones del propio órgano el nivel de participación alcanzaría hasta un 64,65 por ciento al final de la jornada. En los comicios precedentes celebrados en el 2013, un 68 por ciento de los ciudadanos habilitados participaron en la elección, lo cual indica que en estas elecciones hubo una reducción en el índice de participación.
La diferencia en las cifras de participación electoral podría atribuirse a varias causales, pero sin duda una de las principales aristas se relaciona con el declive de la participación de la juventud paraguaya en los procesos electorales. Aproximadamente 900,000 jóvenes fueron habilitados para votar por primera vez, y aun cuando las expectativas de que este colectivo pudiera dar un giro inesperado, contrario a los resultados de las encuestas preliminares, los datos no oficiales reflejan una escasa participación de este sector.
Por otra parte, estos comicios sirvieron para comprobar la alta participación de las mujeres. Un Proyecto piloto de análisis del proceso de votación con perspectiva de género, realizado de manera conjunta por la Unidad de Políticas de Género de la Justicia Electoral con la asistencia técnica del Programa Paraguay de IDEA Internacional, permitió constatar el protagonismo de las mujeres como miembros de las mesas de votación. Del total de las 75 mesas analizadas, en 19 centros locales de votación de la Capital y de los departamentos de Central, Presidente Hayes y Cordillera, un 71 por ciento de los miembros eran mujeres, frente a un 29 por ciento de hombres. En el 64 por ciento de los casos las mujeres ejercieron el rol de presidentas de mesa, frente a un 36 por ciento de hombres.
En contraste, se observó una disminución en el número de mujeres que accedieron a cargos electivos. Estas elecciones representaron una regresión de los tímidos avances que se habían logrado en torno a la obtención de escaños en el Parlamento para candidaturas de mujeres. Claramente, el hecho de que las mujeres hayan perdido dos escaños en el Senado no es una cuestión fortuita, ya que originalmente durante el proceso de composición de las listas de candidatos para el Senado las mujeres quedaron visiblemente relegadas, ubicándose en los puestos intermedios o finales.
Los resultados de la Justicia Electoral indican que ambas Cámaras seguirán contando con una abrumadora mayoría de hombres. De esta forma, el Senado de la Nación estaría conformado por 17 colorados,13 liberales, 6 representantes del Frente Guasu, 3 del Partido Patria Querida, 2 de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), 2 del Partido Democrático Progresista, 1 del Movimiento Hagamos, y 1 del movimiento Cruzada Nacional, con un total de 37 hombres y 8 mujeres.
El título del informe preliminar de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE UE), resume la situación de Paraguay en el ámbito político-electoral de la siguiente manera: “Elecciones bien administradas por el Tribunal Superior de Justicia Electoral en un país pendiente de reformas institucionales profundas”. El desafío principal del presidente electo Mario Abdo Benítez será por un lado lograr estas reformas profundas y por otro lado, gobernar con un Senado cuyo protagonista principal ya no será solo el Partido Colorado, sino otras fuerzas políticas que han adquirido el mismo rol protagónico en el escenario político de Paraguay.