El impacto del COVID-19 en las elecciones de transición y la construcción de paz
El COVID-19 ha retrasado las elecciones en todo el mundo a un ritmo sin precedentes, lo que afectará los esfuerzos de construcción de paz. Alemania debería apoyar a las instituciones nacionales en el desarrollo de mecanismos de consulta entre los órganos de gestión electoral, las autoridades de salud pública y otros agentes pertinentes y apoyar la comunicación de crisis a fin de crear espacios de diálogo y contrarrestar la desinformación.
This commentary is available in English.
Las elecciones son un instrumento esencial para restablecer la democracia y la buena gobernanza después de conflictos violentos. A menudo se considera que son fundamentales para la estrategia de salida de un período de transición a un retorno a la “normalidad”. El rompecabezas convencional para los constructores de paz es definir los tiempos y la secuencia de las elecciones posteriores a los conflictos para fortalecer la paz y la estabilidad, a fin de evitar la recaída en el conflicto. Con la pandemia del coronavirus (COVID-19), la ecuación de los tiempos y la secuencia se ha vuelto más compleja. Por lo tanto, es importante que los gobiernos que proporcionan apoyo a la negociación y la construcción de paz, así como a las organizaciones implementadoras, reconozcan y respondan a esta nueva dinámica.
Las elecciones y la construcción de paz siempre irán de la mano de dilemas
Muchos acuerdos de paz incluyen disposiciones sobre los tiempos y la secuencia de las elecciones democráticas de transición y el papel de la comunidad internacional para facilitarlas. Las discusiones sobre cuándo celebrar elecciones de transición generalmente producen dos grupos: uno aboga por elecciones rápidas que capitalicen el impulso positivo y aseguren un gobierno con legitimidad. Sin embargo, en vista de los enormes intereses y la complejidad técnica, las elecciones inmediatas pueden ser desestabilizadoras y caóticas. Por lo tanto, el otro grupo aboga por retrasar las elecciones y prever tiempo suficiente para los preparativos técnicos. Sin embargo, este enfoque puede prolongar la transición y dar tiempo para que las fracciones en conflicto recuperen fuerzas y reinicien el conflicto. Los dilemas relacionados con ambas opciones incluyen la elección del sistema electoral, la celebración de elecciones frente a la reforma de la constitución como primer paso, la celebración de elecciones frente a la implementación de la reforma del sector de la seguridad como primer paso, y la cuestión de la propiedad internacional o local de la gestión electoral. Las malas decisiones pueden dar lugar a un aumento de las tensiones y a un retraso en las elecciones, lo que crea espacio para manipulaciones y, por lo tanto, suscita temores de ellas.
El COVID-19 ha retrasado las elecciones en todo el mundo a un ritmo sin precedentes
La celebración de elecciones previsibles y regulares es vital para la estabilidad política de las sociedades democráticas. Sin embargo, hay ejemplos en que las elecciones se han retrasado debido a situaciones difíciles de seguridad (Chad), desastres naturales (Haití), contratiempos técnicos (Nigeria) o epidemias (Liberia). La pandemia del COVID-19 ha provocado la postergación de las elecciones en todo el mundo a un ritmo sin precedentes. Más de 50 elecciones (generales, regionales, locales) han sido postergadas desde el 1 de marzo de 2020. Algunos países y estados federales han celebrado elecciones con medidas extraordinarias de salud y seguridad, como Francia y Corea del Sur, mediante votación postal, como el estado alemán de Baviera, o simplemente al celebrarlas (casi) como siempre en Vanuatu en marzo y Kiribati en abril.
Las decisiones de celebrar o posponer las elecciones debido al COVID-19 no se dan sin controversias. Si se celebran elecciones, los críticos argumentan que esto inclina el campo de juego a favor de los candidatos actualmente en ejercicio, repercute en las cifras de concurrencia de votantes y, cuando se siguen los procedimientos regulares, representa un riesgo para la salud de los funcionarios electorales, los votantes y los observadores. Si se postergan las elecciones, las preocupaciones incluyen infracciones legales y retrocesos democráticos. En los países afectados por conflictos, estas controversias pueden aumentar las tensiones y socavar los esfuerzos por prevenir las crisis, resolver los conflictos y construir paz.
La pandemia afectará más a las personas vulnerables en situaciones de conflicto
Aunque el COVID-19 afecta indiscriminadamente a todos, es muy probable que la pandemia agrave las desigualdades ya existentes en las sociedades. En las tres dimensiones centrales afectadas por el brote, es decir la salud, la economía y los derechos humanos, los más afectados son nuevamente los segmentos vulnerables de personas que viven principalmente en situaciones de conflicto.
Los esfuerzos de construcción de paz también se ven gravemente afectados. El riesgo de enfermedad que enfrentan los proveedores de asistencia en el terreno, el cambio de enfoque de la prevención de conflictos a apoyar los esfuerzos para contener el virus, la asignación diferente de recursos debido a las implicaciones económicas de la crisis causada por el COVID-19 tanto para los estados donantes como para los beneficiarios son factores que sin duda afectan a los objetivos iniciales de construcción de paz.
Muchos países en situaciones de conflicto han pospuesto sus próximas elecciones
En la actualidad, el gobierno alemán apoya numerosos esfuerzos de mediación de paz, prevención de crisis, estabilización y construcción de paz después de conflictos en todo el mundo. Se esperaba que muchos de los países celebraran elecciones en 2020 o 2021. Con la presencia del COVID-19, las decisiones varían desde posponer indefinidamente las elecciones hasta celebrarlas en medio de la pandemia. Algunos ejemplos:
- En marzo, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia suspendió las elecciones generales previstas inicialmente para el 3 de mayo de 2020. A finales de abril, la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobó una ley de convocatoria a elecciones presidenciales hasta el 2 de agosto. Sin embargo, la Presidenta interina rechazó inmediatamente la medida, acusando al partido del ex Presidente —que controla la asamblea— de poner en peligro la vida de los bolivianos en un esfuerzo por recuperar el poder.
- En la provincia autónoma de Bougainville, en Papua Nueva Guinea, la introducción del estado de excepción provocó retrasos en el calendario electoral. Los cambios legislativos adoptados a finales de abril permitieron la celebración de elecciones durante un estado de excepción. Sin embargo, el órgano de gestión electoral tendrá que aplicar las directrices proporcionadas por los funcionarios de salud y seguridad.
- Las elecciones de Burkina Faso están programadas para noviembre de 2020. Debido a la pandemia, el proceso de registro de votantes ha sido suspendido y la Comisión Electoral tendrá que considerar si se necesita una nueva revisión del calendario electoral.
- Malí celebró ambas vueltas de elecciones legislativas el 29 de marzo y el 19 de abril de 2020 a pesar de la amenaza del brote de coronavirus y el contexto de seguridad inestable. Las preocupaciones de salud y seguridad de la población se reflejaron en la menor participación de apenas un 23,22% en la segunda vuelta en 2020, frente al 37,24% en la segunda vuelta en 2013. (El Tribunal Constitucional de Malí ha confirmado los resultados.)
- En Sri Lanka, la Comisión Electoral ha anunciado recientemente que las elecciones parlamentarias no podían celebrarse en las circunstancias actuales de emergencia de salud pública y restricciones a la circulación, y que tendrían que aplazarse indefinidamente. El Presidente se negó a reconocer el aplazamiento y dio instrucciones a la Comisión Electoral para que procediera a la elección según lo previsto. Para evitar una posible crisis constitucional, la Comisión Electoral fijó las elecciones parlamentarias en el país para el 20 de junio de 2020, pero anunció que la elección podría retrasarse aún más a raíz de las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
- Las elecciones parlamentarias en Siria, previstas inicialmente para el 13 de abril de 2020, se trasladaron al 20 de mayo de 2020.
Garantizar mecanismos para salvaguardar la democracia y los derechos políticos
Es importante que las partes interesadas nacionales e internacionales conozcan las opciones para decidir y organizar elecciones de transición en vista de la pandemia del COVID-19. Las seis consideraciones siguientes son vitales para los gobiernos y las organizaciones que ejecutan proyectos de construcción de paz.
En primer lugar, las entidades de construcción de paz deben velar por que existan mecanismos para salvaguardar la democracia que integren una perspectiva de género y promuevan la participación de la mujer en la construcción de paz, y que la población esté debidamente informada de la pertinencia de todas las medidas aplicadas. La coordinación y la colaboración son vitales en las circunstancias actuales. Alemania debería apoyar a las instituciones nacionales en el desarrollo y la implementación de mecanismos de consulta entre los órganos de gestión electoral, las autoridades de salud pública y otros agentes pertinentes para sopesar los riesgos de seguridad, las implicaciones democráticas y las limitaciones y procedimientos constitucionales derivados de cada escenario.
En segundo lugar, cuando se suspenden los derechos políticos debido a elecciones aplazadas, los gobiernos deben establecer directrices claras que guíen cómo pueden actuar las instituciones durante el período de prórroga y cuándo se restablecerán las rutinas electorales normales. Si no es posible fijar nuevas fechas, como mínimo deberá facilitarse un calendario claro para la(s) reevaluación(es). En las zonas afectadas por conflictos, el papel de la comunidad internacional será crucial para garantizar que los derechos humanos y la democracia no sean las víctimas colaterales del coronavirus. Una vez levantado el estado de emergencia con todas las restricciones relacionadas, se necesita una asistencia diplomática, técnica y financiera coordinada a los actores nacionales y un compromiso a largo plazo con la consolidación democrática para evitar este escenario. Las embajadas alemanas deberían mantener, incluso reforzar, su capacidad para evaluar el estado de las libertades y los derechos políticos en los estados afectados por conflictos durante el período de crisis.
En tercer lugar, las restricciones impuestas para limitar la propagación del virus pueden crear tensiones entre las autoridades y los ciudadanos. En tales casos, las estructuras de construcción de paz pueden movilizarse para crear espacios de diálogo y contrarrestar los rumores y la desinformación. La pericia, así como el alto nivel de confianza del que disfrutan países como Alemania, les permiten apoyar las actividades de comunicación de crisis de múltiples maneras: difundir información y hechos verídicos a través de sus canales, moderar una comunicación bidireccional entre el estado y la población, y crear medios para un proceso de comunicación con inclusión.
Apoyar los mecanismos especiales de votación y brindar asistencia técnica y financiera
En cuarto lugar, los mecanismos especiales de votación, como la votación por correo o por Internet, podrían ser considerados una alternativa al voto en persona. Al mismo tiempo, es necesario evaluar las implicaciones logísticas y la factibilidad de estos mecanismos en las circunstancias actuales. Aunque los riesgos para la salud relacionados con el requisito de votar en persona se reducirían considerablemente, en ausencia de confianza y transparencia y con servicios de infraestructura deficientes, la implementación de esas medidas en los países afectados por conflictos podría aumentar las tensiones ya existentes. El intercambio de experiencias entre los países, con el apoyo de la asistencia electoral internacional, fortalecerá la capacidad de las autoridades electorales nacionales y fomentará la confianza en el proceso.
En quinto lugar, en las circunstancias extremas generadas por el brote del COVID-19, la celebración de elecciones y, especialmente, la implementación de mecanismos especiales de votación a última hora podrían desviar recursos de actividades que tienen la capacidad de salvar vidas. La comunidad internacional debe prestar apoyo focalizado a esas elecciones mediante asistencia técnica y financiera a los interesados nacionales. Alemania debería apoyar intervenciones destinadas a vincular las respuestas inmediatas a las crisis humanitarias y políticas con el desarrollo de procesos electorales sostenibles y resilientes a largo plazo.
Ajustar la asistencia electoral de la manera más rápida y flexible posible
Por último, las crisis pueden incentivar compromisos que aceleren las decisiones y acciones que de otro modo podrían llevar mucho tiempo. Las innovaciones que hasta hace poco parecían inconcebibles ahora pueden llegar a ser consideradas la mejor solución. Tienen el potencial de convertirse en la nueva norma. Por lo tanto, es importante que los gobiernos donantes y los constructores de paz reconozcan las oportunidades y ajusten sus estrategias de apoyo electoral en tiempo real.
Artículo original publicado en inglés en PeaceLab.
Aclaración: Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas de su autor e independientes de intereses nacionales o políticos particulares. Además, estas opiniones no representan necesariamente la posición institucional de IDEA Internacional, su Junta de Asesores o su Consejo de Estados Miembros.