La voluntad popular del pueblo venezolano, expresada en las elecciones del domingo, debe ser respetada. Los venezolanos tienen derecho a la transparencia total del escrutinio de los votos. Pero estos resultados son sospechosos y hasta que observadores independientes verifiquen el escrutinio, se debe retener el reconocimiento oficial de los votos. La comunidad internacional tiene esta deuda con los venezolanos, incluidos los millones de personas en el exilio, y con la salud y la resiliencia de la democracia mundial.
Mientras tanto, el gobierno venezolano debe garantizar el derecho de sus ciudadanos a la reunión y la protesta pacíficas. Esperamos la colaboración y la reacción de los gobiernos y las organizaciones internacionales en la resolución pacífica de este impase.
Este es el momento de permanecer unidos con la determinación democrática del pueblo venezolano.